Reto 1: Moda

La industria de la moda es una de las más contaminantes.
¿Cómo podemos hacerla más sostenible en su diseño, producción o consumo?

Contexto

Las prendas y la moda son cada vez más efímeras. La ONU ha calificado a la industria del ‘fast fashion’ como “emergencia medioambiental”. La industria de la moda es la segunda que más agua utiliza en sus procesos del mundo, por detrás de la alimentación, y produce el 20% de las aguas residuales que se generan a escala global.
Además, el sector es responsable del 10% de las emisiones de dióxido de carbono que se lanzan a la atmósfera, más que las que producen todos los vuelos internacionales y el envío marítimo de mercancías juntos.

En España, anualmente 900.000 tn de residuos textiles acaban en vertederos. La recogida selectiva del residuo textil apenas alcanza el 8-10% de lo desechado. Esta situación es más que preocupante y supondrá un grave incumplimiento de los objetivos marcados por las Naciones Unidas (entre ellos, alcanzar el 65% de reciclaje de residuos urbanos y reducción en vertedero hasta un máximo de 10% en 2035, así como practicar una recogida selectiva de residuos textiles en 2025).


Problemas

  • Falta de proximidad y producción centralizada.
  • “Fast fashion”
  • Generación de grandes emisiones y efluentes.
  • Falta de concienciación.
  • Alta huella hídrica.
  • Consumo excesivo.
  • Gran desigualdad en condiciones de trabajo.

Oportunidades

  • Tecnología cada vez más asequible.
  • Aumento de la cultura de la proximidad.
  • Aparición de iniciativas interesantes (p.e. ecoalf).
  • Muchos consumidores priorizan la sostenibilidad al precio.
  • Generar cambios integrados a todos los niveles jerárquicos de la sociedad.

Caso de éxito

Logotipo de Ecoalf

EQUIPO FUNDADOR: Javier Goyeneche

INNOVACIÓN: Ropa de moda urbana hecha con botellas recicladas del mar.

WEB: ecoalf.com

La moda es la segunda industria más contaminante del planeta, pero Ecoalf nació con la vocación de protegerlo. Ecoalf vende ropa y calzado de cuidado diseño fabricados con botellas de pet, neumáticos, posos de café y demás residuos. "Donde la gente ve basura, nosotros vemos materiales de primera” dice Javier Goyeneche.

Gracias a su proyecto Upcycling the Oceans, y con la ayuda de 3.000 pescadores alrededor del mundo, ya ha sacado 500 toneladas de basura del fondo del mar, que se convierte en la materia prima para Ecoalf, y crea ropa urbana, bonita y sobre todo sostenible.

Ecoalf invierte el 75% de sus beneficios en I+d, explorando nuevos residuos que puedan convertir a tejido como el café tiene unas propiedades innatas: absorbe olores, se seca rápido. Lo que hacen es coger el poso húmedo de café, convertirlo en polvo y mezclarlo con el polímero de las botellas de plástico. Por otra parte, reciclan el algodón sobrante y hacen una hilatura nueva que ya viene tintada y no necesita agua. Reducen un 27% el uso de recursos naturales y un 28% las emisiones de CO2.


Logotipo de Slowcracy

EQUIPO FUNDADOR: Tamara Alonso

INNOVACIÓN: Moda sostenible y ética que democratiza el consumo responsable, ofreciendo prendas de calidad accesibles y respetuosas con el medio ambiente, los trabajadores y los animales.

WEB: slowcracy.com

Slowcracy es una marca de moda sostenible gallega nacida en enero de 2020 con el objetivo de transformar la industria textil actual. Se basa en tres pilares fundamentales: sostenibilidad ambiental, ética laboral y veganismo. La marca busca democratizar la moda sostenible, ofreciendo prendas de calidad a precios razonables para que más personas puedan acceder a opciones responsables. Utilizan materiales de bajo impacto ambiental y garantizan condiciones laborales justas, trabajando con mano de obra de comercio justo o local. Además, eliminan el uso de productos de origen animal en todo el proceso de fabricación.

Entre sus productos destacan camisetas temáticas relacionadas con el feminismo, veganismo y sostenibilidad, así como prendas como pantalones, vestidos y ropa interior de bambú, conocida por su suavidad y confort. Slowcracy también enfatiza la importancia de consumir menos pero de mejor calidad, promoviendo una filosofía de vida más consciente y respetuosa con el entorno.

La fundadora, Tamara Alonso, tras años de experiencia en la industria de la moda y una creciente conciencia sobre su impacto ambiental y social, decidió crear Slowcracy para ofrecer una alternativa ética y sostenible, alineada con valores de justicia social y respeto por el planeta.